D.E.P.

Una vez más las pistolas resonaron en los oídos de todos aquellos que no podemos comprender ni aceptar la imposición de ideas políticas a través del miedo, el terror y la muerte. Una vez más el tiro por la espalda, la cobardía de quien se sabe inferior, el descerrajo de los sueños de todos los que ansiamos la paz. ¿Hasta cuando? Hasta que la sociedad se mentalice y deje de ser hipócrita, algo bastante complicado para nuestra desgracia. Los mismos que hoy piden el endurecimiento de las penas de cárcel son los que mañana protestarán escandalizados de tal endurecimiento. Y así seguiremos, llorando hoy para mañana reirnos de lo que el llanto nos produjo o viceversa. Y así nos irá... NO AL TERRORISMO.

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