las ventiscas de su soledad
mas le ofrezco cobijo en mis brazos
para así guardarla y poderla esta noche soltar
en tu lecho y así navegar
por tu pelo enredando en mis manos
que riegue el rocío tu cuerpo cada despertar
que me borren las olas del mar
la fragancia de andar abrazados
para que debamos de nuevo esta noche juntar
nuestros cuerpos y recuperar
el aroma de habernos besado
Cogeré vestigios de una luna llena
que de pena se ha roído el corazón
y haré con ella mil luceros
que en las noches del invierno
te iluminen más que el sol.
Para cuando no me encuentres
al buscarme entre la gente
que pueda encontrarte yo.
Forraré mi cuerpo con el terciopelo
que entre noches a una nube le arranqué
para que si al abrazarte
no puedo evitar tocarte
no te mancille la piel.