CLAUDICA EL ALMA

Hoy ha claudicado la pericia en mis palabras, se ha desligado el sentimiento de la razón para intentar emanciparse de aquello que pueda herirle. Se ha desterrado la tinta de una pluma ya marchita para mancillar cual borrón que no ha servido para mejorar lo que antaño hubo escrito. Y al destaparse tal delirio he vencido el miedo a la derrota y al tormento de unas manos que nunca quisieron más que ser de tu piel testigo, sin deseo de vejar la dulzura de tu rostro con torpezas promovidas por mis labios. Destapo una a una mis verdades, que acostumbran a salir a borbotones sin templanza alguna, para darme de bruces con el espanto de entender unas caricias que nunca dijeron más de lo que debieron. Pero a veces quisiera hacer de mi alma un pentimento que acorace mi pecho para no ver más allá de lo que mis ensoñaciones quieran transmitirme, para no ser más esclavo de unos besos nunca dados, de unas palabras que nunca debieron pronunciarse.Reinvento a cada noche mis alientos, para asirme a bocanadas al silencio que acostumbra a acompañarme en las veladas para hacerme recordar que de tus labios jamás salieron besos que quisieran como destino los míos. Y así, apagado el ánimo, claudica el alma.

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