Sinceridad

Siempre que alguien se describe utiliza la palabra mágica: "sinceridad". Todos buscamos sinceridad, todos somos sinceros y los demás son quienes no lo son. Pero, ¿qué se entiende por sinceridad?. Hay quien la entiende como algo a exigir pero sin la necesidad intrínseca de cumplir lo mismo que se exige. Pero esto conlleva a su vez la aparición del consiguiente orgullo cuando alguien descubre tu mentira.

Hoy en día, por desgracia, la sinceridad ha perdido todo su valor y, aunque siempre sea el valor que más se tiene en cuenta, es, curiosamente, el que menos se cumple. Dicen que la verdad duele, pero sin duda alguna lo que más hiere es la mentira, porque para que una mentira tenga sentido hace falta alguien que mienta y alguien que se lo crea; es decir, presuponer que la otra persona o personas no serán lo suficientemente avispadas como para darse cuenta.

Resulta bastante triste que esto suceda entre personas que se hacen llamar "amigos", cuando dar por hecho que esa persona será tan tonta como para creérselo no es precísamente uno de los valores que prodiga la amistad.