NO TE HACEN VALER

Como una patada más recibe en sus huesos tu desprecio; tu silencio le destroza el alma y le hace desistir de una amistad que se va tornando unilateral. Le pregunta cada noche a una almohada ya roída de tanto mascullar si merece la pena deshacerse en atenciones hacia quien ni siquiera parece desearlas. Pero no hay más respuesta que la de un silencio sepulcral que le recuerda al de aquella por quien pregunta. Y se debate entre tu espada y su pared, entre lo mucho que le importa tu amargura y lo poco que sabes valorar su voluntad. No desea más premio que el de saberse útil y no busca recompensa en cada acto, tan sólo una respuesta que le haga comprender que aún merece la pena estar a tu lado, a la vera de unos sueños que antaño compartisteis y que se han ido difuminando con el paso inevitable de los días.Quisiera destrozarlo todo a puñetazos que calmasen su locura, y no encuentra razón alguna para ser condescendiente con aquello que le rodea. Sin embargo no aplaca sus dudas en ira convertidas, sino paciente se relaja abandonándose a su suerte entre los brazos de un Morfeo que parece ser su único aliento, su único refugio. Se siente cual despojo abandonado, cual sobrante o excedente de aquello que un día fue sustento en su vida, de aquello que le rescató del borde de la locura y que ahora le hace sentir insignificante. Detesta ser quien es y en su tormento, descubre que sólo queda una salida, aceptarse a sí mismo y comprender, que no te hacen valer, sino que vales.

0 comentarios: