El cachete

Ayer escuché en el telediario que ahora la ley puede castigar al padre o la madre que dé un cachete, azote o como llamársele quiera, que los psicólogos infantiles recomiendan que no se emplee ese tipo de castigo, sino que se use la palabra y el diálogo. Les faltó añadir el talante, como diría nuestro presidente.
Sinceramente, creo que esta clase de informaciones y medidas no hacen sino equiparar al padre maltratador con el padre que da un cachete a su hijo de pascuas a ramos.
Hablan de que se pueden originar traumas y secuelas, pero a veces un poco de disciplina tampoco viene mal. Mejor que te suelten un bofetón tus padres a tiempo, que un puñetazo la vida por no haber sabido comportarte. Además, creo que a todos o a casi todos nos han dado algún que otro coscorrón nuestros padres y no por eso nos hemos vuelto mala gente.
Los padres de hoy en día no tienen autoridad, pero luego nos quejamos y nos llevamos las manos a la cabeza porque la juventud está descontrolada. En el colegio, los profesores no pueden hacer nada, en casa, los padres temen a los hijos y aún encima hay que tratarlos con la mano más blanda posible. Creo que es un error.
Recalcar que hablo de cachetes, no de malos tratos, que eso no debería existir más en el mundo.